3 de març del 2009

Mi tren

Recuerdo otra vez la profunda huella de tus ojos
esta tarde oscura y fría,
la honda quietud del paisaje partiéndose en dos
bajo el tintineo del tren sobre la vía.
No has dicho nada,
a penas una sonrisa leve y confusa,
una mueca de dolor difusa y quebrada
por la certidumbre y el desconcierto
de esa infancia que resbala fugazmente
y se te va escapando sin remedio.
Jamás esperaste tal colofón,
jamás creíste que ese trozo de papel impreso
fuera a llevarme tan lejos,
y sin más, en ese andén, llegaste a odiarme
por partir y dejar atrás el columpio,
y todos aquellos escondites nocturnos
que nos vieron crecer juntos.