20 d’octubre del 2008

Las gotas del pasado

Así es como, poco a poco, ese trayecto en tren que empezó siendo la materialización de una huida necesaria, de un desarrimo obligado del mundo de Lorena, se convirtió en una especie de memorial, de recuerdo perenne de todos esos días que pasé junto a ella. Quería pensar que sería capaz de olvidar, de renunciar a todo aquello que, hasta entonces, me enseñó el verdadero y hondo significado del concepto de felicidad. Ahora veía abalanzarse sobre mí la sombra del desarraigo, de la pérdida trivial de unos sueños que no tenían cabida en ese lugar desconocido hacia donde me dirigía.

Como siempre, la escritura me proporcionó el soporte en el qué ordenar esa madeja de sentimientos, ese mundo interior que afloraba en mí con demasiada intensidad. Es cierto, el simple hecho de volcar sobre el papel frases y frases, conexas o inconexas, ha sido siempre un parapeto que me ha evitado caer, más de una vez, en la locura o en el trágico pesimismo inducido por esos momentos de transición en la vida de una persona. Entiendo la escritura como el creyente entiende la oración, la entiendo como ese instrumento que me acerca a mí mismo, que es capaz de dar una forma concisa a todo aquello que me sucede.

Así pues decidí dejar de lado los recuerdos y, en esos últimos kilómetros del trayecto, me puse a escribir absorto con la intención de llegar cuanto antes a mi destino.

[Arnald]


1 comentari:

Anònim ha dit...

Hola .. Muchas veces la huída de un lugar (o de cualquier otra cosa semejante) es sólo física .. sí nos es imposible alejarnos de ahí de modo real.

El pensamiento, el alma y todo el ser, suelen querer quedarse a pesar de la partida, en algunas ocasiones.

Es imposible el olvido; el afán de no recordar es lo que nos mantiene más peremnes en los recuerdos.
Y te lo digo, con certeza, porque vivo hoy ese sentimiento, después de años.

Comparto con vos la idea de que escribir traza el camino, ordena sentimientos, impide que nos perdamos en la confusión y nos rescata para no caer.

Te seguiré leyendo con la mayor atención.
Un placer venir hasta aquí.
Un gran beso y buena semana.
M.L